¿POR QUÉ COSTA RICA CULTIVA CAFÉ?
El café es más que un negocio fundamental en la economía de Costa Rica. Es, y lo ha sido durante casi dos siglos, el motor que moldea la cultura y los valores costarricenses. Es difícil exagerar su importancia para nuestro país porque está muy entrelazada con el tejido de nuestra vida cotidiana.
Llamado el "grano de oro" debido a su capacidad para generar ingresos, el café comenzó a influir en la vida costarricense en el siglo XVIII. El café arábica fue una de las primeras plantas que florecieron en los valles centrales del país, y su éxito puso de relieve las condiciones ideales de cultivo que aún posee Costa Rica.
Cuando el gobierno de Costa Rica notó el asombroso éxito y la alta calidad del café cultivado en estas regiones, supo que podría ser un aspecto esencial de la economía del país. Para fomentar el crecimiento, regalaron tierras para el cultivo de café.
Debido a este sistema temprano de concesión de tierras, el café de Costa Rica proviene principalmente de pequeñas fincas de propiedad local. Casi el 90 por ciento de los productores de café del país poseen menos de 12 acres de tierra. Visite un pequeño pueblo en las regiones cafeteras de Costa Rica y verá economías rurales prósperas que se benefician de la venta de sus productos. Este modelo de crecimiento económico es muy diferente al de países donde los principales productores de café son grandes terratenientes que tal vez no inviertan en la región, o ni siquiera vivan allí.
La Costa Rica actual es reconocida mundialmente por su exquisito café. Somos el decimoquinto país productor de café del mundo, una hazaña notable dado el tamaño relativamente pequeño de Costa Rica. Más de 200 años después de que se importaran las primeras plantas de café, sus frutos continúan brindando a los costarricenses algo con qué despertarse cada mañana.
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